Las elecciones al Parlamento Europeo que se celebran el próximo domingo, 25 de mayo, son decisivas para los trabajadores y trabajadoras españoles y los ciudadanos, en general. Son una oportunidad para poner punto final a las políticas de los recortes sociales y laborales, que han provocado más paro, más precariedad, más desigualdades y pobreza, especialmente en nuestro país y para recuperar la Europa social, una Europa para, por y del ciudadano. Es hora de que la recuperación económica llegue a las personas, no solo a los grandes grupos económicos y financieros. Para ello, frente al continuismo de la austeridad, hay que apostar por una política económica que incentive el crecimiento y el empleo estable y con derechos, una política que preserve el bienestar social.
Estas elecciones son vitales para los ciudadanos españoles y europeos porque son una oportunidad para decir basta ya a las imposiciones que menoscaban nuestro modelo democrático y social. Imposiciones neoliberales, avaladas por gobiernos de sesgo ideológico similar, como el actual Gobierno del PP.

Hay que frenar una política que está provocando el desencanto social en el proyecto Europeo. Una Europa en la que cada vez cobran más fuerza los movimientos radicales y xenófobos, que se alimentan de la desesperación y del odio, para imponer unas ideas contrarias a la libertad, la democracia y los derechos fundamentales.
El domingo es hora de recuperar la Europa social, una Europa para, por y del ciudadano. Que sitúe a las personas en el centro de cualquier política. Porque hay alternativas más justas para salir de la crisis.
Alternativas que priorizan el crecimiento y el empleo y que ya han sido planteadas a las instituciones por el movimiento sindical europeo. Son iniciativas que hablan de inversiones públicas, como mecanismo tractor para sacar a los países de la situación de paro y desigualdad. En este sentido, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha propuesto, entre otras medidas, un ambicioso plan de inversión para incentivar el empleo en Europa y en España, en el que se destinen 250.000 millones de euros anuales, durante un periodo de 10 años (una cantidad que no es exagerada, teniendo en cuenta que en la UE solo por fraude fiscal se pierden un billón de euros al año). Asimismo, aboga por incentivar el empleo de calidad, una nueva política industrial, la justicia social, una fiscalidad progresiva que persiga el fraude y la elusión fiscal y ponga fin a los paraísos fiscales, incentivarlos servicios públicos esenciales, reforzar la protección social, etc.
El domingo, 25 de mayo, #si votas decides tú, si pasas deciden por ti.